Sus familiares comunicaron la noticia luego de conocer los resultados de un examen de ADN. Farías había partido desde Mar del Plata y quería conocer las ruinas del Machu Picchu
Los restos hallados el 31 de mayo pasado sobre el río Vilcanota, camino al Machu Picchu, corresponden al joven Federico Farías, según el resultado de un análisis de ADN privado encargado por la familia, que motorizó la búsqueda desde el 4 del mes pasado, cuando el mochilero salió de Cusco hacia ese tradicional sitio turístico, informaron sus familiares.
Laura Bartual, tía de Farías, escribió en su página en Facebook que “lamentablemente tengo que informar con mucha tristeza que el resultado de ADN dio positivo”.
“Ahora empezamos el camino para que Fede esté con nosotros en nuestro país, queremos agradecer infinitamente a todos los que se solidarizaron y colaboraron con la búsqueda de Fede Farías”, añadió.
El pasado 4 de mayo, Farias de 21 años informó a sus familiares que iba a ir hacia el Machu Picchu (Cusco) y desde entonces era buscado por la autoridades locales y por los propios familiares, quienes llegaron a Perú con la esperanza de hallarlo con vida.
En la noche del 31 de mayo, personal policial halló restos humanos de un varón en medio del río Vilcanota, exactamente en el sector de Mandor.
A partir de entonces la posibilidad de que se trate de los restos de Federico Farias era compartida por las autoridades pero no se podía confirmar su pertenencia hasta que no se le practicara el examen de ADN en Lima, en donde se lo cotejó con la sangre del padre del joven
El caso cobró notoriedad cuando desde las redes sociales y los medios argentinos los familiares hicieron un llamado para que los rescatistas vayan a buscar a Federico, luego de haber recibido un último llamado telefónico el 4 de mayo pasado desde Aguas Calientes, pero nunca llegó al Machu Picchu
Farías era un mochilero que partió desde Mar del Plata en febrero del año pasado y había llegado a las islas del caribe con un grupo de amigos, que emprendieron el regreso. Federico iba a volver sólo a la Argentina. El 4 de mayo realizó el último llamado telefónico en donde les avisaba a sus padres desde Aguas Calientes que quería conocer las ruinas del Machu Picchu.
Luego de las intensa campaña de los padres y amigos del mochilero, para iniciar la búsqueda y tras el pedido en tal sentido de la Cancillería Argentina, perros rastreadores, un dron y una sonda acuatica, participaron en la búsqueda, además de un equipo de Cascos Blancos.
Alfredo, el padre de Federico y su hermano Nicolás, viajaron el 19 de mayo a Perú para acelerar la búsqueda ya que afirmaban que los plazos se habían extendido más allá de los plazos y reclamaban más participación de los rescatistas.
Además, los amigos del mochilero iniciaron la firma de un petitorio en la plataforma Change.org que reunió a 7.670 rúbricas de distintos lugares del mundo para que no se abandonara la búsqueda.
Farías le había dicho a su mamá que iba a tomar un camino alternativo para ir a la ciudad inca de Machu Picchu. Un mensaje de audio que el mochilero le envió a una amiga, confirmó que había tomado ese camino alternativo al turístico para llegar a las ruinas, y es en esa zona fue donde se hallaron los restos humanos.
“Aca hay muchas irregularidades en todo el proceso de búsqueda La familia sólo cuenta con 51 mil pesos y necesitamos entre 6 y 7 mil dólares para traerlo devuelta. El hermano Nicolás volvió destrozado y el papa Alfredo todavía esta allá”, dijo Bortual.
Indicó que “Federico quería ir al Huayna Picchu, no entendemos como apareció en el río Vilcanota, en un paso donde transita todo el mundo. Participaron policías de alta montaña, un dron que no tenía visión nocturna y lo encontró un pescador en un lugar de alto tránsito”.
Bortual confirmó que Farías será enterrado en el cementerio de San Isidro. Su familia es de ese partido y desde hace cuatro meses todos vivían en Miramar.
“Si el papa y el hermano pudieron viajar allá fue por la solidaridad del pueblo que aportó dinero. El análisis de ADN lo encargó la familia en forma privada con dinero que aportó la gente, sino hubieramos tenido que esperar entre tres y seis meses para el resultado “, apuntó Bortual.